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José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy al finalizar la cumbre |
A pesar de las declaraciones
grandilocuentes de los dirigentes europeos y en especial de la cancillera
alemana, Angela Merkel, en favor de «más Europa», los acuerdos presupuestarios
de la reciente cumbre del 7 y 8 de febrero condenan a siete años de «menos
Europa» y a una Unión Europea (UE) de mínimos. Esto perjudicará a todos los
ciudadanos europeos, incluso a los de los países que han impuesto los recortes,
porque privará al presupuesto europeo de actuar como motor de crecimiento
económico de la UE
en estos tiempos de crisis.
El Consejo Europeo ha
supuesto también un nuevo mazazo al ya maltrecho eje franco-alemán, principal
motor de la integración europea, y ha reforzado el papel de la cancillera
alemana, Angela Merkel, como líder indiscutible de la UE. La cumbre ha
consolidado el poder de Merkel como arbitro decisivo, que se alía con los
países del norte, del sur o del este según sus conveniencias políticas del
momento.
En la cumbre, Merkel actuó
aliada del primer ministro británico, David Cameron, y de Holanda, Suecia,
Dinamarca y Finlandia. Estos seis países fueron los grandes vencedores de la
cumbre, ya que lograron un sustancial recorte del gasto europeo a partir del
2014 y, como consecuencia de ello, su contribución al presupuesto de la
UE. La cumbre consolidó también el
mantenimiento de los cheques y reducciones a las contribuciones al presupuesto anual
de la UE del Reino
Unido, Holanda, Suecia y Alemania. Dinamarca obtuvo asimismo su propio cheque,
que era una de sus principales reivindicaciones.
HOLLANDE DEBILITADO
El presidente francés,
François Hollande, que fracasó en sus intentos de lograr una posición previa
común con Merkel, se encontró en una posición de debilidad. Hollande, aliado
con países a su vez ya débiles, como Italia y España, y sin posibilidad real de
utilizar el veto, se vio obligado una vez más a inclinarse, a pesar de sus
grandes discursos de días antes. Hollande fue el gran perdedor de la cumbre. Como
comentó con sorna algún analista, Hollande iba a Bruselas y acabó en Waterloo.
La Comisión Europea también demostró de nuevo en la cumbre que es un
mero secretariado técnico de los grandes países, sin ningún coraje, ni peso político. Su presidente, José Manuel Durao
Barroso, se plegó al diktat de Merkel y Cameron, renunció a su propio proyecto
de presupuestos que consideraba el mínimo indispensable y ofreció apañárselas
con lo que los líderes acordaran. Barroso, que con su sueldo de más de 30.500
euros al mes es uno de los políticos mejor pagados de Europa, ni siquiera
amenazó con dimitir ante el recorte del gasto europeo.
CAÓTICA GESTIÓN DE VAN
ROMPUY
La caótica gestión de la
cumbre por parte del presidente de la
UE, Herman Van Rompuy, que retrasó 15 horas la presentación
de una propuesta escrita de marco presupuestario, complicó las negociaciones,
según fuentes diplomáticas. Varios países expresaron también su malestar por la
excesiva preocupación mostrada por Van Rompuy por las exigencias británicas.
El complejo compromiso
alcanzado tras 26 horas de ininterrumpidas discusiones supone un recorte del
3,7% del gasto comprometido europeo para el periodo 2014-2020 respecto al marco
presupuestario actual, pese a que la
UE contará desde julio con un nuevo estado miembro: Croacia.
Este recorte es la primera vez que se produce en la historia y reduce la
capacidad de la UE de luchar contra la crisis y
la solidaridad entre los países ricos y los pobres.
SOBRES PARA ESCONDER LA DERROTA
Ante el abandono de sus
responsabilidades por parte de la Comisión
Europea, la incapacidad de Francia de dar la batalla y la
inflexibilidad de los países ricos, liderados por el tándem Merkel-Cameron, los países
del sur y del este de Europa se conformaron con los distintos sobres de ayudas
regionales y agrarias suplementarias para cada uno de ellos, gracias a los
cuales podían ocultar su derrota y pretender de vuelta a sus países que habían
ganado, cuando en realidad han perdido.
De este modo, España limitó
el recorte de ayudas regionales y agrarias que sufrirá en el periodo 2014-2020
con un sobre especial de 1.874 millones para sus regiones y de 500 millones
para el desarrollo agrario y la confianza de obtener al menos 900 millones del
futuro fondo europeo para el empleo juvenil.
FINANZAS COJAS
No obstante, las finanzas de
la UE han quedado
cojas a partir del 2014. El gasto total comprometido para el conjunto del
periodo 2014-2020 asciende a 960.000 millones del presupuesto, a los que hay
que sumar unos 36.000 millones del fondo de desarrollo extracomunitario y de
los fondos de solidaridad intraeruropeos. En total: unos 996.000 millones.
No sólo se reducen las
ayudas regionales (8,4%) y agrarias (11,3%), sino también el fondo de
solidaridad intraeuropeo (51%) y el fondo para paliar los efectos negativos de la
globalización en la UE
(70%). Asimismo, las partidas destinadas
al impulso económico crecen mucho menos de lo previsto y los fondos para
grandes redes de transporte quedan muy amputados. Además, la marcada diferencia
entre los compromisos de gasto en el presupuesto (960.000 millones) y el límite
de pagos anuales, impuesta por Cameron, puede conducir a que la UE acumule un déficit de 51.000
millones.
Los principales grupos políticos
del Parlamento Europeo han afirmado que el nuevo marco presupuestario tal como
está pactado no es aceptable, pero no está claro que se atrevan a vetarlo. Lo más
probable es que se conforme con las nuevas cláusulas de revisión y de
flexibilidad para reorientar los fondos no gastados en unas partidas hacia
otras, en lugar de devolverlos a los estados como hasta ahora.