Los líderes de la Unión Europea (UE) celebrarán una nueva cumbre
urgente sobre la crisis de los refugiados el 12 de noviembre en La Valeta
(Malta) tras concluir la cumbre UE-África, que también estará centrada en la
inmigración. Será la sexta reunión de los líderes europeos en seis meses
dedicada a la ola migratoria sin que se haya logrado encauzar de forma efectiva
ese reto.
Grecia, empobrecida por cinco años de política de austeridad
impuesta por la UE, es incapaz de gestionar los miles de inmigrantes diarios.
Los refugiados llegados a Grecia este año superan los 616.000, según la
Organización Internacional para las Migraciones. Italia, con más recursos, está
menos desbordada, pero ha recibido este año más de 140.000 refugiados e
inmigrantes.
La falta de solidaridad entre los 28 estados de la UE está
colocando a los países más generosos y con más demandas de asilo en una
situación muy difícil. La hospitalaria Suecia recibirá 190.000 demandas de
asilo este año, lo que equivale al 1,9% de su población, y su primer
ministro, Stefan Löfven, acaba
de pedir a sus socios europeos que acepten una parte de esos refugiados, porque
el país está desbordado y no dispone de suficiente capacidad de alojamiento.
Alemania y Austria, donde los demandantes de asilo equivalen al 1% de su
población, también están sufriendo fuertes tensiones y la cancillera
alemana, Angela Merkel, se
ve cuestionada por su socio bávaro.
Por el contrario, los países del Este, en especial Polonia,
Hungría, Eslovaquia y República Checa, se resisten a aceptar refugiados en su
territorio y el resto de la UE arrastra los pies. El rechazo a los refugiados
fue un argumento esgrimido en Polonia por el ultraconservador y euroescéptico
Partido Ley y Justicia (PiS) para lograr la mayoría absoluta en las elecciones
del 25 de octubre. Ahora Polonia ni prevé asistir a la cumbre. La conservadora
Coalición Patriótica croata, formada alrededor de la Unión Democrática Croata
(HDZ), también utiliza el rechazo a los refugiados para intentar ganar las
elecciones de este domingo.
La UE solo ha sido capaz de alcanzar con fórceps un compromiso
para distribuir entre los países a 160.000 demandantes de asilo en dos años,
cuando en el mes de octubre ya llegaron más de 237.000 refugiados. Y de esos
160.000 prometidos únicamente se han recolocado unos cientos. El Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que
entre noviembre y febrero del 2016 llegarán otros 600.000 nuevos refugiados a
la UE. Hasta la Comisión Europea estima que la ola migratoria podría alcanzar
los tres millones en el 2017.
La política europea de contentar al presidente turco, Recep Tayyid Erdogan, para frenar
la ola migratoria no está dando frutos y Ankara sigue dejando operar con
impunidad a las mafias de la inmigración. La UE ya no critica el autoritarismo
de Erdogan e incluso
ha retrasado la publicación de un informe crítico para no perjudicarle en las
elecciones, pero Erdogan parece
determinado a seguir manipulando la ola de refugiados hasta obtener la
eliminación de los visados para la entrada de los ciudadanos turcos en la UE y
otras ventajas políticas y económicas.
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Publicado por primera vez el
7 de noviembre de 2015
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