La crisis
de los refugiados ha revelado que la mayoría de los
gobiernos no aplican los principios en que se basa la Unión Europea (UE), como el derecho de asilo y la solidaridad entre sus miembros. La crisis
también ha mostrado el lado más oscuro de la UE, del cual el proyecto danés para expoliar a los refugiados es su última y terrible
expresión.
La coalición que sostiene al
Gobierno conservador danés de Lars
Lokke Rasmussen y el partido socialdemócrata en la oposición han pactado
aprobar el 26 de enero una reforma de la ley de extranjería que permitirá a la policía confiscar a los refugiados el dinero y los bienes por valor superior a
1.340 euros, salvo los de "especial valor sentimental", como anillos
de boda y medallas. La reforma también permitirá detener a los refugiados y
restringir la reunificación familiar.
El Gobierno danés sostiene que la
medida ayudará a costear el gasto de mantener a los refugiados y desincentivará
que sigan llegando al país. Aunque Dinamarca
es uno de los países de la UE que más refugiados recibió el año pasado
(21.000), no es el que ha acogido más, ni en términos absolutos, ni relativos. Finlandia recibió 32.400; Austria, 90.000;
Suecia, 163.000 y Alemania 1,09 millones y ninguno de ellos ha optado
por esta vía que recuerda las
confiscaciones nazis a los judíos.
La actual legislación danesa ya
contempla en su artículo 42 que se puedan denegar subsidios a los refugiados
que dispongan de medios económicos, como recordó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La legislación actual danesa también prevé que si la policía comprueba que el
refugiado dispone de medios adecuados puede ser obligado a costear la
subsistencia de su familia mientras dura el trámite de la demanda de asilo. Por
lo que la agencia de las Naciones Unidas considera absolutamente injustificada
la reforma.
Además del carácter inhumano de la
confiscación, el ACNUR señaló por escrito al Gobierno danés que la medida viola
la Convención de Ginebra, la Carta de
los Derechos Fundamentales de la UE, la Declración Universal de los Derechos
Humanos y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de
Estrasburgo. El organismo de Naciones Unidas advirtió que crea un pésimo
precedente que estimulará la xenophobia
y medidas similares en otros países. Pero el Gobierno y el partido
socialdemócrata hicieron caso omiso a la petición de retirar la reforma e
iniciaron el 13 de enero su tramitación parlamentaria.
El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks,
se ha sumado a las críticas y ha calificado las medidas de "atentado a la
dignidad humana", además de violar el derecho a la propiedad. La Comisión
Europea, por su parte, se ha mostrado muy tímida y el vicepresidente Frans Timmermans solo indicó que
"estudiará la ley una vez haya sido adoptada".
El plan danés de expolio a los
refugiados evidencia las funestas consecuencias del auge de la extrema derecha, ya que uno de los
impulsores de la iniciativa es del extremista Partido Popular Danés (DF), de cuyos votos depende la
supervivencia de la coalición gubernamental.
La tibieza de la Comisión Europea y
los líderes europeos con la extrema derecha y su claudicación al aceptar del
2000 al 2005 que el Partido de la Libertad (FPO) de Jörg Haider participara en el Gobierno democristiano de Wolfgang Schüssel en Austria dio
legitimidad a este tipo de partidos.
Esa laxitud otorgó a la extrema
derecha un rango de normalidad y respetabilidad, lo que ha facilitado su éxito
electoral en la UE y que se instalen gobiernos autoritarios primero en Hungría
y ahora en Polonia. No sólo el Gobierno danés depende de los votos de la
extrema derecha en la sombra, sino que ésta forma parte del Gobierno de
Finlandia con cuatro ministros del Partido de los Finlandeses.
La falta de solidaridad de la
mayoría de los estados con los más afectados por la ola de refugiados somete a
la UE a una presión fracturadora. La mayoría de los gobiernos se han negado a
compartir equitativamente la carga de los refugiados llegados a Grecia y a
Italia y aliviar la presión sobre los cinco países con más demandas de asilo.
El pacto con fórceps para
redistribuir 160.000 refugiados entre los países de la UE es papel mojado, ya
que solo se han recolocado 272, admitió el
comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos. España solo ha acogido 18;
Francia, 19; y Holanda y Gran Bretaña, ninguno.
Los países del
Este tampoco han aceptado a ninguno de los que les correspondía en el reparto,
salvo 4 en Lituania. En los primeros 15 días de enero ya han llegado más de
23.000 nuevos refugiados a Grecia pese al invierno y los pactos con Turquía
para impeder la llegada a Europa de demandantes de asilo. La falta de
solidaridad entre los países europeos y la ficción de creer que se puede
detener la ola migratoria están hundiendo a la UE.
Una versión más corta se publicó en EL PERIÓDICO el 15 de enero de 2016
http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/expolio-danes-los-refugiados-4819409
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