Marine Le Pen, líder del Front
National francés, aspira a crear un grupo antieuropeísta y soberanista en el
Parlamento Europeo tras las elecciones del próximo 25 de mayo, lo que ofrecería
a esos partidos populistas y extremistas una plataforma de actuación, unos
medios institucionales y una proyección internacional sin precedentes en la Unión Europea (UE).
Pese al alza augurada por los sondeos, esta ambición política puede ser
complicada de materializar debido a los requisitos exigidos por la Eurocámara
para constituir un grupo parlamentario y a la imagen antisemita que persigue al
Front National, a pesar de los esfuerzos de su nueva dirigente para
desdiabolizar y hacer más presentable el partido.
El reglamento de la Eurocámara
establece que para poder constituir un grupo parlamentario son necesarios como
mínimo 25 diputados procedentes de al menos el 25% de los estados de la UE, lo que actualmente supone sumar diputados de al menos siete
países distintos.
Un grupo parlamentario permite
participar en el funcionamiento institucional de la Eurocámara, garantiza un
protagonismo en los debates y asegura importantes fondos públicos y amplios
medios (secretariado, despechados, colaboradores). Para beneficiarse de esos
medios en 1999, la radical italiana Emma Bonino y el ultra Jean-Marie Le Pen
sumaron sus fuerzas para crear un átipico y polémico grupo técnico de los
independientes, que fue disuelto en el 2001.
Marine Le Pen ya ha suscrito una
alianza con el Partido de la Libertad holandés (PVV) de Geert Wilders, a pesar
de las divergencias que les separan, por ejemplo, sobre la homosexualidad e
Israel. Le Pen también mantiene conversaciones muy avanzadas con el líder de la
independentista Liga Norte italiana, Matteo Salvini.
Marine Le Pen aspira a sumar
asimismo al Partido de la Libertad Austriaco (FPO), al Vlaams Belang (Interés
Flamenco) belga y a los Demócratas Suecos , con los que ya está vinculada a través
de la Alianza Europea para la Libertad (AEL).
Pero las gestiones de Le Pen para
sumar al ascendente Partido Reino Unido Independiente (UKIP) han fracasado y su
líder, Nigel Farage, declaró que su partido es «antirracista y libertario y no
tiene nada que ver con el Front National».
Otros potenciales aliados, como
el Partido Popular Danés (DF) y los Verdaderos Finlandeses (PS), también han
rechazado hasta ahora participar en el proyecto de Le Pen debido a la imagen
negativa del partido francés. Mairne Le Pen y Geert Wilders, por su parte, ya
han excluido cualquier alianza con formaciones a las que consideran demasiado
extremistas, como la húngara Jobbik y la griega Amanecer Dorado.
(Una versión más corta se públicó en El Periódico el 13 de febrero de 2014)
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