El Blog de Eliseo Oliveras sobre política internacional. Una mirada crítica y sin compromisos desde la capital de Europa sobre las claves, el funcionamiento y los entresijos de la Unión Europea (UE), de la OTAN y de sus estados miembros.

El coste social de los planes de ajuste en la zona euro

Grecia, Irlanda y ahora Portugal, además de tener que pagar un tipo de interés elevado por el rescate financiero europeo, han tenido que imponer unos draconianos sacrificios económicos a su población para sanear sus cuentas públicas y reformar sus economías. Esos sacrificios constituyen una contrapartida ineludible para obtener y seguir recibiendo la ayuda financiera europea, pero están hundiendo a esos países en la recesión y generan unas tensiones sociales enormes.

El comisario de Economía Olli Rehn con los ministros de Portugal y Grecia

El ajuste adopta en la práctica la forma de congelación o reducción de los salarios de los empleados públicos, de recortes en el seguro de paro, de reducción de las pensiones, de rebaja de los fondos destinados a educación y sanidad y de aumento de los impuestos sobre el consumo, con el consiguiente encarecimiento de precios y de una mayor dificultad de los hogares para llegar a fin de mes.

El peso de esos enormes sacrificios económicos recae fundamentalmente sobre los trabajadores y las capas populares de la población que no han tenido ninguna responsabilidad en la crisis de sus respectivos países. Los ajustes presupuestarios van acompañados además de importantes reformas económicas y laborales y de programas masivos de privatizaciones de las empresas públicas.

Grecia
Grecia, cuyos anteriores gobiernos conservadores habían manipulado las cuentas públicas para ocultar a sus socios el déficit público galopante, fue el primer país a quien se impuso un programa de ajuste draconiano, que ha servido de modelo para Irlanda y Portugal. El hecho de que el Gobierno griego hubiera mentido deliberadamente a sus socios durante una década sobre sus cuentas públicas facilitó que a los demás países de la zona euro no les temblara el pulso al exigir un ajuste durísimo, que ha hundido al país en una profunda recesión.

Los empleados públicos griegos tendrán el sueldo congelado durante tres años y sus pagas extra serán recortadas o suprimidas en función del sueldo. La edad de jubilación se ha retrasado hasta los 65 años, el cálculo de la pensión se realizará en función de toda la vida laboral y el importe de las pensiones baja por el recorte de las pagas extras.

Grecia ha aumentado el tipo del impuesto sobre el valor añadido (IVA) al 23% y ha incrementado en 10 puntos porcentuales los impuestos sobre los combustibles, el tabaco y las bebidas alcohólicas.

Irlanda
La crisis financiera irlandesa ha estado provocado por la quiebra del sistema bancario nacional por sus especulaciones inmobiliarias, la nula supervisión gubernamental y la estrecha connivencia de los políticos con el sector inmobiliario y bancario. Los bancos se han mantenido a flote a cambio de sucesivas inyecciones multimillonarias de fondos públicos y el conjunto del país ha tenido que asumir unos sacrificios inmensos, ya que el déficit público supera  la astronómica cifra del 32% del producto interior bruto (PIB).

El Gobierno suprimirá el 7% de los empleos públicos y reducirá aproximadamente en un 14% el sueldo de los funcionarios. El salario mínimo nacional se ha recortado el 10% y la duración y el importe del seguro de paro también se reduce.

La edad de jubilación subirá a 66 años en el 2014 y posteriormente de forma escalonada hasta los 68 años en el 2028. El cálculo de la pensión se endurece y el importe de las pensiones de más de 12.000 euros anuales se recortará entre el 6% y el 12% y las  de los nuevos jubilados en un 10%.

El impuesto sobre la renta sube a través de la reducción y supresión de deducciones. El tipo del IVA aumentará también de forma escalonada para llegar al 23% en el 2014. Las tasas universitarias se multiplican por cuatro hasta 2.000 euros, se crean nuevos impuestos y se introducirá el pago por el agua doméstica.

Portugal
El ajuste de Portugal sigue la pauta de los dos anteriores, con la reducción del número de empleados públicos,  la congelación de los sueldos de los funcionarios y de las pensiones hasta el 2013 y el recorte de las pensiones superiores a 1.500 euros. La duración del seguro de desempleo y de sus cuantías máximas también se reducirá.

Los impuestos sobre la renta y sobre sociedades aumentarán por la reducción las deducciones fiscales autorizadas. El IVA subirá sobre numerosos productos que se benefician ahora de un tipo reducido. Los impuestos sobre el tabaco y los automóviles también se incrementarán. El Gobierno asimismo creará un nuevo impuesto sobre el consumo eléctrico y se actualizarán los valores catastrales de los inmuebles, lo que aumentará los impuestos que deberán pagar sus propietarios. La Comisión Europea estima que el ajuste mantendrá a Portugal en una situación de recesión durante dos años.

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