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Trichet quiere un superministro europeo de Finanzas


Los países de la zona euro deberían crear en el futuro el puesto de ministro europeo de Finanzas para reforzar la eficacia y la cohesión del gobierno económico colectivo, ha propuesto hoy el presidente del Banco Central Europea (BCE), Jean-Cladue Trichet, en su discurso de aceptación del Premio Carlomagno de este año.

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE
Trichet también ha planteado que los países en apuros que no sean capaces de realizar los planes de ajuste y reformas previstos en los programas de rescate financiero pasen a ser gobernados directamente en materia económica por sus socios europeos.

“En la Unión Europea (UE) que tendremos mañana, o pasado mañana, habrá evidentemente un mercado único, una moneda única y una banco central único. ¿Sería una idea demasiado aventurada de plantearse en el plano económico, un ministro de Finanzas de la UE?”, se ha preguntado Trichet en el acto solemne celebrado en Aquisgrán (Alemania).

El papel de este futuro ministro europeo de Finanzas, más que gestionar un presupuesto europeo importante, sería ejercer directamente la supervisión de las políticas presupuestarias y de competitividad de los países de la zona euro, la responsabilidad del sistema financiero integrado europeo y la representación política de la UE en las instituciones financieras internacionales, ha explicado  Trichet, que abandonará la presidencia del BCE a finales de octubre.

Entre las tareas del futuro ministro europeo de Finanzas estaría también la de asumir el gobierno económico directo del país en apuros que no aplique las reformas y ajustes previstos, ha añadido Trichet.

En una velada referencia a las resistencias de Grecia a aplicar las medidas exigidas por sus socios, Trichet ha recordado que el sistema actual prevé que en los países bajo tutela las decisiones sigan correspondiendo al Gobierno nacional, «incluso cuando las recomendaciones no son aplicadas y eso engendra problemas graves a los demás países».

En ese caso, ha indicado Trichet, el Eurogrupo, a propuesta de la Comisión Europea y en colaboración con el BCE, debería poder aplicar las decisiones económicas directamente en ese país recalcitrante. Ese poder de gobierno directo debería permitir vetar decisiones clave en materia económica y presupuestaria, e incluso nombramientos, así como una plena capacidad para  actuar sobre “los factores determinantes de la competitividad del país”, ha precisado Trichet.

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