El Blog de Eliseo Oliveras sobre política internacional. Una mirada crítica y sin compromisos desde la capital de Europa sobre las claves, el funcionamiento y los entresijos de la Unión Europea (UE), de la OTAN y de sus estados miembros.

Berlín quiere un gobierno económico alemán en la UE

La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, durante la cumbre europea de diciembre del 2010 en Bruselas



Alemania, que se había resistido hasta ahora a avanzar hacia un auténtico gobierno económico europeo como defendía Francia e insistía en limitarlo a una mera cooperación intergubernamental para no ceder soberanía, parace decidida a dar un salto cualitativo hacía una mayor integración política en materia económica para acabar con la crisis de desconfianza hacia la zona euro y acabar con los ataques especulativos de los mercados financieros. Eso sí, ese gobierno económico europeo se basará en el modelo alemán.
La cancillera alemana, Angela Merkel, quiere impulsar en la cumbre europea que se celebrará el próximo 4 de febrero en Bruselas la discusión de un pacto de rigor económico y competitividad en la zona euro. Ese pacto sige precisamente el modelo alemán, que en opinión de Berlín ha demostrado su eficacia, ya que Alemania es el primer exportador europeo, sin que la revaloración del euro frente al dólar le haya hecho perder mercados exteriores.
La adopción detallada de ese plan en la futura cunbre europea de finales de marzo es la contrapartida que exige Alemania para reforzar el fondo de rescate de países en apuros, como reclaman el Banco Central Europa (BCE) y la Comisión Europea.
La propuesta de Merkel cuenta con un respaldo general de París, pero ha levantado ampollas en la Comisión Europea porque teme que la iniciativa debilite su propio papel en la gestión económica de la Unión Europea (UE).
Merkel quiere establecer un verdadero gobierno económico europeo a partir de la zona euro, que coordine de forma estrecha no sólo las políticas presupuestarias y económicas, como ya estaba previsto, sino también las políticas sociales, laborales y tributarias.
El objetivo es lograr una mayor competitividad y un fuerte crecimiento económico que permita a los países con elevado déficit y deuda sanear sus cuentas públicas y que evite nuevas crisis de confianza en la deuda pública de los países europeos.
El pacto alemán de competitividad, según el proyecto manejado por Berlín, introducirá una serie de indicadores objetivos de competitividad, con unos niveles mínimos que deberán alcanzarse, entre los cuales se barajan el nivel de exportaciones, los salarios del sector público y la inversión en educación e investigación.
Como primeras medidas concretas a aplicar en los próximos doce meses, Merkel quiere un acuerdo para la supresión de la revisión automática de los salarios en función de la inflación, el reconocimiento mutuo de títulos universitarios y profesionales entre los Veintisiete para facilitar la movilidad laboral, la creación de una base de cálculo común para el impuesto de sociedades, el acabar con la competencia tributaria desleal como la que práctica Irlanda, el retraso de la edad de jubilación en función de la evolución demográfica y el establecimiento de un sistema para la resolución de las crisis bancarias que no sea a cargo del contribuyente.
Merkel propondrá además a los otros líderes europeos que incorporen a su legislación nacional normas estrictas para limitar el nivel de déficit y deuda pública, como ha hecho Alemania.
La cumbre permitirá un primer debate sobre estas propuestas, aunque no se prevé que se pueda alcanzar un acuerdo sobre los detalles de ese plan hasta finales de marzo. Para desbloquear los obstáculos y resistencias que pueda plantear la negociación de ese ambicioso programa ya ha comenzado a barajarse la posibilidad de celebrar una cumbre extraordinaria adicional a principios de marzo. 

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